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Todo comenzó cuando vi en el magnífico blog, Learn something everyday, que un mujer española era legalmente dueña del sol. Todas las actualizaciones de este blog siempre han sido verídicas así que me puse a investigar hasta que di con la clave.

La mujer española es Ángeles Durán, una gallega de 49 años que se presentó un día ante un notario para que diera fe de que se declaraba propietaria del Sol. Después de un momento de carcajadas el notario levantó un acta en la que se puede leer: “Soy propietaria del Sol, estrella de tipo espectral G2, que se encuentra en el centro del sistema solar, situada a una distancia media de la Tierra de aproximadamente 149.600.000 kilómetros…”.

Según la gallega Ángeles Durán, deseosa de cobrar sus derechos por la explotación de la energía solar, derechos que, generosamente, acepta compartir con el Gobierno, existe un convenio internacional por el cual ningún país puede hacerse dueño de un cuerpo celeste, pero « tal acuerdo no vincula a los particulares». El Tratado de las Naciones Unidas sobre el Espacio Exterior (vigente desde 1967 y actualmente ratificado por 98 países) establece que ningún gobierno de la Tierra puede reclamar propiedad alguna sobre la Luna u otros cuerpos terrestres, ya que se consideran patrimonio común de la humanidad. Es cierto que el texto sólo habla de países, pero muchos expertos en derecho internacional han repetido que esto significa que, como las aguas internacionales, la Luna o Marte no pueden ser apropiados por nadie. Por lo tanto, intentar venderlos o sacar un beneficio económico de los mismos es algo absurdo. (ABC.es)

Ángeles dice que ella sabía de la ley impedía que un país reclamara la propiedad del Sol pero no menciona nada de las personas, y aprovechó esta laguna. «Podría haberlo hecho cualquier ciudadano, pero se me ocurrió a mí», comenta.

Ya se ha reunido con el Ministerio de Industria para explicarles el caso y que quiere empezar a cobrar un canon a todo el mundo que utilice la energía solar, dando el 50% de los ingresos a los Presupuestos Generales del Estado, el 20% para las pensiones mínimas, un 10% para investigación y sanidad y otro 10% para erradicar el hambre, quedándose ella con un 10%. Sólo le falta acudir al Registro de la Propiedad para anotarse como propietaria del Sol, cosa imposible, ya que el registro español no tiene competencias sobre el sistema solar.

Este no ha sido el primer caso de estas características. En 1954 un chileno se apropió de la Luna, algo que volvió a suceder 12 años más tarde en Ohio (Estados Unidos). En 1980, se vuelve a repetir la situación y Dennis Hope, otro norteamericano de San Francisco, reclamó la luna y de hecho comenzó a vender parcelas.

¿Cómo os quedáis? 🙂